Su coeficiente de transferencia de calor (valor U) es tan bajo como 0,4 W/m²·K, lo que reduce significativamente la pérdida de energía y el consumo energético en edificaciones. Su efecto de aislamiento térmico equivale al de una pared de ladrillo de más de 1 metro de espesor, siendo de 4 a 6 veces superior al del vidrio aislante convencional.